La experiencia ocurre debido a la
interacción de la criatura viviente y el proceso mismo de la vida, en
condiciones de resistencia y conflicto recalifican con emociones e ideas.
Las cosas son experimentadas, pero
no de manera que articulen una experiencia.
Se tiene una experiencia cuando el
material experimentado sigue su curso hasta su cumplimiento, es una
consumación. Tal experiencia es un todo
y lleva con ella su propia cualidad individualizadota y de
autosuficiencia.
El habla idiomática se refiere a
experiencias, cada una de las cuales es singular y tiene su propio comienzo y fin, pues la marcha y corriente
de la vida no se interrumpe uniformemente. La experiencia es este sentido es
vital se define por aquellas situaciones y episodios que espontáneamente
llamamos experiencias reales; aquellas cosas de las que decimos al recordarlas.
Una
experiencia tiene una unidad que le da su nombre, esta unidad no es
emocional, ni práctica, ni intelectual, porque esos términos denominan
distinciones que la reflexión puede hacer dentro de ella, al recordar una
experiencia después de que ha sucedido, podemos encontrar que una propiedad más
que otra fue dominante.
Cada experiencia posee una conclusión, que es una consumación, esto hace que posea una cualidad
estética. La materia de las bellas artes
consiste en cualidades; la de la experiencia que lleva a una conclusión
intelectual son signos o símbolos que no poseen una intrínseca cualidad propia, pero que sustituyen a cosas que
pueden, en otra experiencia, ser experimentadas cualitativamente. Esta
diferencia es enorme. Es una razón por la
cual el arte estrictamente intelectual nunca será popular como lo es la
música.
La estructura artística puede se inmediatamente
sentida y en este sentido es estética. Lo estético no se puede separar de modo
tajante de la experiencia intelectual, ya que ésta debe llevar una marca
estética para ser completa. Toda actividad práctica adquirirá cualidad
estética, siempre que sea integrada y se mueva por su propia cuenta hacia su
cumplimiento.
No hay ningún interés que controle la atenta selección o rechazo de
lo que ha de organizarse en la experiencia en desarrollo. Las cosas suceden,
pero ni las incluimos definitivamente ni las excluimos con decisión, nosotros
nos abandonamos. Cedemos de acuerdo con la presión externa o nos evadimos y nos
resignamos.
Los enemigos de lo estético no son ni los
prácticos ni los intelectuales, es lo mediocre, son las desviaciones de la
unidad de la experiencia. Quizá
alguna de esta consideraciones indujo a Aristóteles a invocar el “justo medio”
como la designación propia de lo que es distintivo tanto de la virtud como de
lo estético. Formalmente estaba en lo correcto. Medio y justo, no se
explica, sin embargo, por sí
mismos, ni están tomados en un sentido matemático, sino que son propiedades que
pertenecen a una experiencia cuyo movimiento se desarrolla hacia su propia
consumación.
Hay en cada experiencia un elemento de
padecimiento. La emoción es la fuerza móvil y cimentadora; selecciona lo
congruente y tiñe con su dolor lo seleccionado, dando unidad cualitativa a materiales exteriormente disparadas
y desemejantes. Proporciona, por lo tanto, unidad a las partes variadas de una experiencia. Cuando la
unidad es la de la especie que acaba de describir, la experiencia tiene un
carácter estético, aun cuando no sea, de modo predominante, una experiencia
estética.
Hay modelos comunes en experiencias variadas, sin que importen las
diferencias entre los detalles de su objeto. Son condiciones que deben
cumplirse, y sin las cuales una
experiencia no puede llegar a darse. El boceto del modelo común lo define el
hecho de que cada experiencia es el resultado de una interacción entre la
criatura viviente y algún aspecto del mundo en el que vive.
Una experiencia tiene modelo y estructura,
porque no es solamente un hacer y un padecer que se alterna, sino que consiste
en éstos y sus relaciones. El objetivo y contenido de las relaciones miden el
contenido significativo de la experiencia.
La experiencia está limitada por todas las
causas que interfieren con la percepción de las relaciones entre padecer y
hacer, puede haber interferencia a causa del exceso, ya sea del lado del hacer, ya sea del lado del padecer. El
desequilibrio de algún lado mancha la percepción de las relaciones y deja la
experiencia incompleta, deformada con poco o falso significado.
Con la percepción de la relación entre lo que se
hace y lo que se padece constituye el trabajo de la inteligencia, y
como el artista controla el proceso de su obra, captando la conexión entre lo
que ya ha hecho y lo que se debe hacer después, es absurda la idea de que el
artista no piensa de modo tan intenso y penetrante como el investigador
científico.
Lo estético es una intrusión ajena a la
experiencia, es el desarrollo
intenso y clarificado de los rasgos que pertenecen a toda experiencia completa
y normal, este hecho es la única base segura para construir la teoría estética.
El término “artístico” se refiere primariamente
al acto de producción y “estético” al de la percepción y goce. Ya que el arte
es un proceso de creación, la percepción y el goce no tiene nada en común con
el acto creador. El arte denota un proceso de hacer o elaborar, cada arte hace
algo con algún material físico, el cuerpo o algo fuera del cuerpo, con o sin el
uso de herramientas, y con la mira de producir algo visible,
audible tangible.
La palabra “estético” se refiere a la
experiencia, en cuanto a que es estimativa, perceptora y gozosa. Denota el
punto del consumidor más que el del productor.
La artesanía, para ser artística, en su sentido
final, debe ser “amorosa”, debe interesarse profundamente por el asunto sobre
el cual se ejercita la habilidad, para ser artística debe ser estética, es
decir, hecha para ser gozada en la percepción receptiva.
El arte en su forma, une la misma relación
entre hacer y padecer, entre la energía que va y la
que viene, que la que hace que una experiencia sea un experiencia. La
eliminación de todo lo que no contribuye a la organización mutua de los
factores de la acción y la recepción,
y la selección de los aspectos y rasgos que contribuyen a la
interpretación, hacen que el
producto sea una obra de arte. El hacer o el elaborar es artístico cuando el
resultado percibido es de tal naturaleza que sus cualidades tal y como son
como percibidas han controlado la
producción. El acto de producir
dirigido por el intento de producir algo que se goza en la experiencia
inmediata de la percepción, posee cualidades que no tiene la actividad
espontánea y sin control. El artista, mientras trabaja, encarna en sí mismo la
actitud del que percibe.
Gracias por la reflexión que me ayudó mucho a percibir lo que es la experiencia del arte.
ResponderEliminarAhora! Algo que me gustaba esclarecer es si se puede decir que la experiencia estética esta en lo hacer y percibir a partir del ver tocar y sentir?
Hola, no sé si ya lo habrás leído pero deberías de leer el Hipias Mayor, uno de los diálogos que escribió Platón. Saludos.
EliminarGracias por este aporte.
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