Fabiola es un exposición de Francis Alÿs , que se encuentra en
el museo Amparo en el estado de Puebla. La obra contiene alrededor de
cuatrocientas reproducciones de la imagen de la santa Fabiola y es producto de
una colección que el artista inició hace mas de una década.
El artista empieza a
recolectar estas imágenes en los mercados de pulgas, su objetivo inicial era
recolectar reproducciones de
copias pintadas a mano de
“obras maestras”, esta labor se ve interrumpida cuando encuentra dos cuadros idénticos
de una mujer de perfil a la que
los vendedores identificaban con el nombre de Fabiola. Este personaje es una
santa cristiana que fue canonizada en el 537 d. C. , se volvió una figura de culto
en tanto a que es la santa patrona de las mujeres maltratadas y de las
enfermeras. La primera pintura es del pintor francés de finales del Siglo
XIX Jean- Jaques Henner. Esta mujer joven es representada de
perfil, mirando hacia la izquierda cubierta por una toquilla color carmesí.
Todas las obras que
recolecta Francis Alÿs son
originales, realizados a mano y hechas, la mayoría por aficionados en donde
utilizan diversas técnicas, tales como pintura en óleo, bordados, esmaltes,
semillas, entre otras.
La obra muestra muchas características importantes dentro de
la problemática del arte actual
que intentaré desarrollar a lo largo de este ensayo.
Primero nos encontramos
ante una colección de obras que se encuentra inmersa dentro de la colección, es
así que el artista desempeña el
papel de artista, coleccionista y
curador, el último aspecto lo considero relevante ya que la obra está
conformada por diversas obras que van acompañadas de toda la recreación de un contexto, en este caso, es el
espacio que permite esta contextualización ya que las obras están acompañadas por una
colección de muebles del arte
virreinal que sin este espacio la obra no tendría el mismo sentido.
El espacio donde se
presentan las obras juega e interactúa con el espacio que es la recreación de
un inmueble de la época virreinal del siglo XIX, los muebles están
colocados de manera que aparenta
ser funcional, las obras está colocados a manera de cuadros que adornas los
muros.
El museo le da un
valor agregado a la obra en sí, ya que lo mueble y los muros se convierten en
un requisito indispensable para la obra, ya que logran una contextualización y
una ambientación que permiten el enlace de una obra contemporánea con una
pasado, pero un pasado histórico que permite una tradición en tanto que las
obras se refieren a un personaje en específico, el hecho de que haya muchas
obras nos refiere a que es una obra que se reproduce constantemente, que aunque
cada producto es distinto, la idea y la imagen se vuelven un icono, por lo que
al ver la imagen por muy diferente que sea la relacionas con la santa Fabiola. Es por eso que a lo
largo del recorrido encontramos imágenes con otro color del manto, de perfil de lado derecho y seguimos
haciendo una asociación con la imagen de Fabiola.
Si bien en la exposición
ya no nos encontramos con una
Fabiola auténtica en tanto que la
primera pintura que se realizo no esta presente, si nos encontramos con una
serie de reproducciones que responden a una tradición, son una reconstrucción
de la obra original, esta presencia de obras de manera masiva de alguna manera actualiza lo
reproducido, es decir, la obra hecho en un inicio. Con esto no quiero decir que
la obra de Francis Alÿs no es autentica, recupera este carácter de autenticidad en tanto que juega este papel de
coleccionista y de curador, de presentarnos una serie masiva de
Fabiolas acompañadas de muebles y
de un diseño del espacio en general como objetivo principal el cuestionar sobre el arte actual, la copia, la colección de originales,
lo anónimo de las obras, entre otros temas.
Las obras son reflejo se expresiones de la fe popular, el culto a
Fabiola, que ha permanecido a lo
largo del tiempo ya que si nos fijamos en las obras, estas son hechas en
diversos momentos, por diferentes
personas, artesanos y pintores amateur, que aunque toman de referencia una
imagen, todas las obras son distintas reafirmando esta cuestión de identidad en
tanto que cada persona realiza la obra y de alguna manera se hace presente en su
obra y que a su vez permite mostrar esta diversidad cultural.
La obra en general puede poseer
una valor de culto y un valor de exhibición, pero en diferentes momentos. En
primer lugar cada obra de manera individual es posible
que haya estado elaborada con un
valor de culto, quizá se elaboraron no con la finalidad de exposición sino como imagen de culto religioso o una especie de exvoto, es decir,
una ofrenda dejada por los fieles que recibieron en algún momento un don o
curación, etc., y funcionaba como
una ofrenda o un recuerdo.
Hasta ese momento posee cada obra un valor de culto, deja
de poseer ese valor en cuanto que
Francis Alÿs las colecciona y la presenta en un museo público, pasa a tener una
función social y permite una interacción con el público, le artista le da un
nuevo significado y es ahí donde retoma
un valor de exhibición, pero se debe recalcar que este valor ya no es de
cada reproducción sino de todas las obras en conjunto.
La exposición de Francis
Alÿs plantea diversas problemáticas en torno al arte actual, la obra que
presenta diversos elementos conforman un todo, tal es así que no se presentan en el convencional
cubo blanco sino que el espacio es intervenido, por lo que obra y espacio se
fusionan para lograr una lectura
diferente e interesante. En
todo el recorrido no vemos obras aisladas sino que todo es parte de un todo.
BIBLIOGRAFÍA
La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica. Walter Benjamin. ED Ítaca. México 2003.
Muy buen comentario Karla!
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