Se constituye por un grupo
de filósofos, arquitectos, pintores, críticos y activistas políticos que desde
diversas perspectivas y con diversas técnicas, plantearon el interrogante sobre
el papel del hombre y la cultura en la sociedad de consumo de postguerra.
Teóricos que participaron
en éste grupo:
- Guy Debord: “La sociedad del espectáculo”
- Raoul Vanergen: “Tratado del saber vivir para las jóvenes generaciones”.
Ideas esenciales:
- La falsedad de la sociedad de consumo.
- Nuestra sociedad es un puro espectáculo, es decir,
apariencia.
Los situacionistas
proponen rebelarse contra esta sociedad de la apariencia y rechazar sus valores
establecidos que nos impiden vivir una vida auténtica. Es una lucha contra el
consumismo y las seducciones engañosas.
El mensaje central de los
situacionistas es que el hombre actual no es un actor sino un mero espectador.
En su rol pasivo acepta el sistema social y, en la práctica, reproduce la
cultura que lo agobia y se caracteriza por:
- El trabajo rutinario
- El desperdicio del tiempo libre
- La manipulación de los medios
- El arte excluyente y burocrático
- La cultura estereotipada
- Los ritos empobrecedores
- El
conformismo y el aburrimiento
Los valores de los
situacionistas son la interacción social, el diálogo y la renovación del
comportamiento.
Consideran que las
situaciones más valiosas son aquellas que transforman a los participantes sin
posibilidad de retorno, las que niegan el valor de los bienes materiales y
culturales de la sociedad actual y las que generan cadenas de eventos que se retroalimentan
recíprocamente.
En esta lógica, crear
situaciones se convierte en el arte por excelencia.
La materia es el espacio
urbano, el conocimiento.
Los situacionistas en sus textos y proclamas abogaban por un urbanismo
que fuera más allá de la simple mejora de las infraestructuras urbanas. Lo que
los situacionistas pretendían es que a través del urbanismo se detonara la
revolución en todos los aspectos de la vida cotidiana, empezando por la abolición
del trabajo, y la recuperación del juego y la creatividad como valores
inalienables del individuo.
Los situacionistas concebían
un nuevo modo de habitar: sentirse cómodo en todas las casas. Consideraban el
medio urbano como el terreno de un juego participativo.
Dime qué situaciones has vivido y te diré quién eres,
Dime qué situaciones has creado y te diré cuánto has contribuido
Se caracterizaban por
denunciar el mercado del arte existente, porque mientras el arte esté
mercantilizado y sujeto a determinadas condiciones de producción jamás será la
actividad liberadora que pretenden los situacionistas.
Si la obra de arte no tenía
una dimensión transformadora, si la obra de arte no tenía por fin último la
creación de un mundo nuevo, la obra de arte no era tal.
Gran parte de la crítica
situacionista de la sociedad de consumo consiste en mostrar hasta qué punto los
artistas contemporáneos, se condenaron en su mayoría a hacer arte como si
hiciesen negocios. Los movimientos artísticos no son desde entonces más que
ecos imaginarios de una explosión que nunca ocurrió, que amenazó y amenaza
todavía las estructuras de la sociedad. La conciencia de semejante abandono,
hizo de la I.S. el único movimiento que pudo responder al proyecto del arte auténtico.
Somos artistas sólo porque ya no lo somos: venimos a realizar el arte.
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